Así se ve el amor en acción
Cada imagen narra una historia de amor, entrega y esperanza. En Hogares Luz y Vida, cada rostro, cada instante y cada espacio forman parte de una gran familia comprometida con brindar cuidado y atención a quienes más lo necesitan. Aquí, las sonrisas no son solo gestos de felicidad, sino el reflejo de corazones que laten con fuerza por un futuro mejor.
Con cada paso que damos, seguimos cultivando esperanza, porque en cada niño, niña, adolescente, joven, adulto y cada familia vemos un nuevo comienzo lleno de posibilidades.
Nixa Borja:
El arte como lenguaje de resiliencia

Me llamo Nixa Liliana Borja Ramírez y convivo desde niña con una amiga difícil llamada epidermólisis bullosa distrófica. No puedo decir que siempre la haya querido; al principio fue muy duro. Pero con el tiempo, aprendí que forma parte de mí, y de alguna manera especial, me ha enseñado a tener paciencia, a ser perseverante, a comprender más profundamente la vida, y sobre todo, a amarla con dignidad, con orgullo y con gratitud por todo lo que Dios me ha regalado.
Además de esta amiga, tengo una familia hermosa: los Hogares Luz y Vida, que me han dado amor y apoyo incondicional. Gracias a ellos, he conocido personas maravillosas que se han acercado a mí con cariño, generosidad y admiración. Esas muestras de afecto me llegan al corazón y me dan fuerzas para seguir adelante, incluso en los días más difíciles.
Pintar es mi refugio. Es ese lugar donde mi mente se relaja, donde mi alma respira, donde nace la ilusión. A través del arte, siento que puedo sembrar algo en los corazones de quienes me rodean: el verdadero amor por la vida, por la fe, y por ese Dios que me sostiene cuando siento que ya no puedo más.
Vivir con esta enfermedad no es fácil. Aprisiona mi cuerpo, sí, pero nunca ha podido encerrar mi alma. Aunque no lo parezca, soy libre. Y vivo cada día con entusiasmo e ilusión, esperando siempre una nueva mañana. Porque la vida, incluso con todas sus dificultades, sigue siendo profundamente maravillosa.









